Érase una vez, en un bosque encantado, una hermosa pareja formada por un hada y un elfo.
Los dos vivían profundamente enamorados. Ella lo llevaba volando por las frescas nubes y él le mostraba los secretos de las arboledas mágicas que cultivaba...y fue así como un día de mayo, con los rayos de la luna llena bañando sus cabellos, su abrazo apasionado concibió una niña.
En cuanto supieron la feliz noticia, los amigos de la pareja prepararon todo para la llegada de la pequeña hada. Hubo festejos por todas partes: ramas, arbustos, manantiales y riachuelos...hasta que llegó el día tan esperado en que sus pequeñas alas se extendieran al sol.
Los invitados al nacimiento esperaban ansiosos la presencia de la pequeña y los padres felices contemplaban la crisálida aguardando la señal para abrirla y conocer a su hija.
Pero los minutos, y luego las horas, y luego las lunas y los soles pasaron y la señal no se hacía presente. Así que el elfo más anciano del robledal, les recomendó que abrieran ellos mismos la envoltura que protegía a la criatura, a fin de que supieran qué era lo que pasaba.
Con mucho cuidado y con algo de miedo, los dos recostaron el capullo en la tierra y sacaron a la pequeña hada por un extremo. Cual no sería su sorpresa al verla perfectamente saludable, pero profundamente dormida. Eso no era normal, todas las hadas bebés llegaban al mundo moviéndose, ansiosas por estrenar sus delicadas alas en rasantes vuelos compitiendo con las libélulas de los estanques cercanos.
...Pero esta, solo dormía y soñaba que estaba en un sueño...
Así que de nuevo, los preocupados padres, la llevaron con el anciano para ver si su magia podría hacer algo por ella. Y entonces este les contó que, cada mucho tiempo, algún hada nacida en las cercanías de la fiesta de Imbolc, renunciaba a la luz que regía su nacimiento y permanecía dormida durante toda su vida.
De este modo soñaba por todos los que no querían hacerlo: soñaba por los que ya no creían más en el amor, ni en los "Cuentos de Hadas"; soñaba por los que tenían roto el corazón y no querían volver a entregarse; soñaba por los niños que ya no jugaban en el campo, por los que no eran capaces de ver duendes en los árboles; soñaba por los amantes separados por la muerte y por aquellos que no habían tenido valor para defender su pasión; soñaba, en fin, para mantener viva la ilusión y la fantasía en el mundo...
Sus padres, entonces, entendieron la importancia de dejarla descansar. Porque si ella despertaba ¿qué sería de esta tierra sin canciones felices, sin príncipes azules, ni princesas valientes; sin una pareja besándose bajo la luna; sin el abrazo cálido de dos cuerpos que se estremecen solo con verse? Sin sus sueños, el bosque entero quedaría estéril y sombrío.
Y la Gran Luna solo sería un astro que refleja la luz del Gran Sol, los ríos solo serían cursos de agua y las flores multicolores, el resultado del ciclo de una planta.
Así que la llevaron a su hogar, en medio de un trigal, y su padre le construyó la cama más hermosa que jamás se hubiera conocido en la historia de aquellas tierras. Mientras que su madre, le tejió una suave manta con hilos de seda que las orugas le regalaron.
De esta forma, podría dormir todo el tiempo que fuera necesario y el mundo podría contar siempre con sus sueños, para no perder nunca la esperanza...
(Texto: http://blogs.ya.com/hadadormida)
El texto yo lo copie del blog de MC. y las fotos de distintas pag.
Si en elgun momento estoy vulnerando cualquier copi,no tengo ningun problema de quitarlo si se me hace saber.
Que tengais un dulce dia